Revivir
¿En qué lugar, en cuáles momentos se renuevan mis ansias, renace en mi la vida? ¿Cuándo dejo de sentir la soledad en mis huesos? ¿Cuándo cada minuto vale ser vivido? Cuando vuelve la risa a mi garganta, cuando recupero los deseos perdidos, los proyectos olvidados, las necesidades que en algún momento estimularon mis sinrazones. Cuando la amistad resplandece en mi mesa. El vaso de agua compartido acerca las confidencias, el corazón se llena del calor que el sincero convidar amoroso ofrece, Cuando mis hijos me enseñan a través de su afecto, su regaño, que vale la pena ser madre. Cuando mis nietos me abrazan y el más pequeño de ellos me pide jugar al monstruo de las cosquillas. Entonces, sé qué importante es amanecer cada día. Sé que importante es poder escribir estas cosas. En cada palabra escrita habré aligerado el fluir de la sangre en mis venas. El oxígeno puro habrá entrado en mi alma conminándome a seguir subiendo, quizás por enésima circunstancia, también, bajando cuestas. El Amor