Caminos difíciles,
caminos cansados.
Recorren estrechas vías,
desembocan en abruptos
precipicios.
Ignorarlos quisiéramos,
evadirlos, tal vez.
Algunos llevan hacia
pedregosas alturas.
Existen los que conducen
a intrincados bosques.
Al mar profundo nos adentran,
hacia lo indescifrable.
Caminos cansados,
quizás atraviesen llanos,
quizás sus orillas nos ofrezcan,
crecida gramilla.
Descansar allí podríamos,
aligerar la carga posible fuera.
Caminos cansados.
En la brumosa intimidad del ser,
sólo allí, alivio hallaremos,
si elegir reposo deseamos.

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