Camina, camina,
días, noches,
rutinas.
Envuelves tu vida
con livianos tejidos.
No encontrarás
tibieza en ellos,
sólo frío.
Busca sol
en tu alma.
Déjalo que te alumbre,
permítele arroparte.
Permítele ser tu
compañía.
Alégrate con su
cercanía,
con su calor,
con su sorprendente
claridad.
Te librará
de tus noches.
Permítele abrigarte
Sutilezas
Tejido enmarañado, resistente, muchas veces obtuso. Arropa o desnuda nuestra existencia, tiempo, distancia. Trama sutil que nos une a través de los días de nuestra vida a lo ignoto. Más allá de lo previsto, de aquello que en nosotros alumbre o no alumbre, nos abarque desde siempre. No sé hacia dónde nos conduce, no sé qué nos espera, qué hay más allá de la añoranza. De esta manera ancestral de querer esperar lo probable, lo improbable. A pesar del desgarro, de la nada que nos asola y a la vez intenta acercarnos a la esperanza, contra todo riesgo, soslayando el cansancio. Allí, en ese ámbito que se abre luminoso, allí es donde se tejen las hebras de la constancia, de la perseverancia, del bien previsto.
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