Laberintos.
Intrincados laberintos entrelazan ingenio.
Extraños monigotes, apenas diminutos símbolos,
recorren húmedos atajos, sopor.
Se detienen frente a sinuosos pasajes.
Empujándose, se atropellan.
Cada uno busca alcanzar primero
la curva de los sueños.
Los guía el miedo a lo desconocido,
a lo oculto detrás de las sombras.
Diminutos fantoches enfrentan falsedades.
Imaginarios laberintos los acercaran a ellas.
Falsedades que nada significan,
nada encubren, nada revelan.
Brusco el golpe en la puerta anuncia la mañana.
Despierta. Desaparecidas pesadillas.
Extiende brazos sobre las mantas.
Gira la cabeza sobre la almohada.
El bostezo lo desvela.
Olvidados laberintos en la noche
de sus enmarañados sueños.
Asoleado amanecer despejado.

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