Gira, gira, gira,
molinete de brazos
estirados, entrecruzados,
manos tomadas.
Canturreadas tonadas,
sayas al viento.
La cuerda marca alturas.
Elevarse raudas,
precipitarse esbeltas,
risueñas.
Diáfanos ecos
nacen de las
profundidades del alma.
Allí, donde todavía
brincan anhelos,
existe una niña
que no dejará de
jugar festivos juegos.
Existe una niña
que nunca dejará
de serlo.
Sutilezas
Tejido enmarañado, resistente, muchas veces obtuso. Arropa o desnuda nuestra existencia, tiempo, distancia. Trama sutil que nos une a través de los días de nuestra vida a lo ignoto. Más allá de lo previsto, de aquello que en nosotros alumbre o no alumbre, nos abarque desde siempre. No sé hacia dónde nos conduce, no sé qué nos espera, qué hay más allá de la añoranza. De esta manera ancestral de querer esperar lo probable, lo improbable. A pesar del desgarro, de la nada que nos asola y a la vez intenta acercarnos a la esperanza, contra todo riesgo, soslayando el cansancio. Allí, en ese ámbito que se abre luminoso, allí es donde se tejen las hebras de la constancia, de la perseverancia, del bien previsto.
Maravilloso
ResponderBorrarGracias!!!!... Nelly
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