Siembra
A Nicolás
Siembra
Si esta lluvia te dijera hoy, perdido jardín lo mucho que te añoro, lo mucho que desearía recorrer cada uno de tus rincones que fueron sueños realizados.
Esos que, lluvia, me ayudaste a revivir con tu auxilio bendecido.
Sembré en tu desértico llano cada una de las semillas, regalos de Dios.
Acaricié los retoños, hundí sus raíces en tu tierra preparada para recibirlos.
Y fueron frutales generosos, coníferas perfumadas, fresnos delgados, y algunos más.
Ellos nos cobijaron en las siestas veraniegas.
Rocé con mis manos sucias de barro las increíbles rosas rojas y los manojos de las blancas, recreadas noblemente en cada primavera junto a aquellas otras maravillas que nos donaron sus perfumes y colores mimando nuestras horas, día a día.
Escondrijo cantarino donde las aves pampeanas y de otras tierras distantes, aprendieron a adueñarse de tu suelo y de tu cielo, con sus vuelos alocados y una que otra emplumada batalla por derechos adquiridos.
Y rodeaste la casa, creciste con ella, con cada ladrillo y cada ilusión.
Entrañable mezcla de cemento y amor.
Ya no fuiste simplemente un verdor resucitado por la lluvia y los riegos cotidianos.
El devenir del tiempo te transformó en un casi bosquecito rodeando el hogar, embelleciendo un trocito de pampa frente al Salado manso o inquieto, según la lluvia quisiera, desbordarlo o no, en los campos y en nuestras vidas.
Esta pintura siempre me gusto mucho! Es un placer verla en conjunto con el relato. Gracias!
ResponderBorrarSí... es realmente algo que jamas se borrará de mi vida. Gracias a vos por disfrutarla.
ResponderBorrar