Destellos
Allá lejos, el horizonte azul. Aquí, hace algún tiempo, el regreso que apuntaló el error.
Allá lejos y hace algún tiempo, la decisión equivocada, el paso inseguro, sin vuelta atrás. Aquel que todo lo tenía, que todo lo alcanzaba, todo lo perdió.
Inútil las preguntas constantes, expresadas en alta voz o en la penumbra del cuarto. Inútil indagar en el rincón escondido dentro de sus pensamientos. Andar las calles de su soledad. Cruzar esquinas, eludir charcos, nada repararía el error, nada lo mitigaba, la certeza no lo anulaba, enfrentarlo no valía, mucho menos olvidarlo. Refulgía entre las cenizas. Sería presencia tangible, reproche en la sinrazón.
Sin embargo, el destello en la noche, tibio rayo de sol al amanecer, incitaría a la esperanza. Aceptarse una vez más, no compondría lo hecho, eso, era pluma al viento.
Ser compasivo consigo mismo, aseguraría benignidad a su entorno y afectos renovados.
Bastaba un solo gesto; habría de otorgarlo. Bastaba nada más que una palabra, la diría.
A pesar de lo incierto.
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