Fragmentos

 

 

Deambula el infinito en ellos, la eternidad. Cada uno atrae brillos, sombras.

La intención ignorada de quienes ruedan sin proponérselo por gravedades inexploradas.

Corazones ciegos ocultan cicatrices que el tiempo profundiza. Marcan desesperanzas.

Acopian fantasmas en las madrugadas insomnes; resquemores irresueltos.

Moles pétreas derrumbadas sobre hombros que poco resisten.

Horas nutridas de ansiedades ilimitadas.

Empero, el deseo de resucitar asoma luminoso.

Todo habrá de ser aquello que ser acepten.

 

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