Domingo vespertino.

Nubes plomizas,

sonidos adormecidos.

El miedo presiona,

domina conciencias,

enturbia,

troncha,

lastima.

Transformadas vidas,

eternidades desvanecidas.

La soledad atraviesa calles,

humanidades recluidas,

cortinas bajas,

cerrojos corridos en el alma.

La añoranza oscurece el sol,

adormece pestañas.

 

(Atardecer en la ciudad de Buenos Aires agobiada por la pandemia).

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