Eternas fantasmagorías
Vagaba entre álamos
veraniegos. La bruma espesaba el aire, tragaba la fronda madura.
El resquicio celeste
guiñaba al final de la senda.
No daba pasos, se elevaba
por la magia de los pensamientos.
Las nubes densas lo
recibieron.
Sin embargo, la claridad
azul permaneció inalcanzable.
El arco de eternos colores
trazó el semicírculo a cuyos extremos se escondían tesoros.
Simplemente Maravilloso salieron hadas y mariposas de de las letras
ResponderBorrarGracias !!!!... Mi corazón vuela hacia tí. Nelly
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