Atravesaría el infinito,

diseñaría estrellas vivas,

derramaría oro en las nubes.

Abrazaría los pies de los duendes,

las brujas dolidas.

Convocaría una vez más,

siempre,

magia de escogidos tiempos,

Amarraría luces de corazón abierto,

perlas en los sonidos,

destello en las brumas,

ternura,

pensamientos tardíos.

Arriesgaría caricias,

volátiles semillas áureas.

Cruzaría surcos, trigales,

sabores de pan.

Sonreiría a cansados corazones,

Almas atrapadas por la tristeza

de lo que no llegó.

Sonreiría al espejo,

al presente,

aliado casual.

Enseñaría a perdonar,

a trasponer designios.

Completaría divagados afanes,

certeros deseos.

Sería, nada más y nada menos,

aquello que soy.

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