Hay un ocaso
en el devenir azul
del horizonte.

Regar, esparcir,
cosechar dulces frutos,
sabores añorados.

Ignotos rumbos
recorre el arroyo
tras albas sendas.

La música,
encanto revelado,
íntimo goce.

Hallar mágicos
sonidos en la siesta.
Revivir en ellos.

La lluvia huyó
dejando frías huellas
sol entibiando riberas.

Resiste el invierno.
Avanza la tibieza
florecida. 

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