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  Impulsan vientos fogosos, ondulan sauces dorados. Patagonia caliente. Terrosas vivencias, mesetas relumbran perdidos tiempos. Reviven mágicos rumores, envuelven frías aguas. El río susurra. Frutos maduros, valles enriquecidos, ardua cosecha. Patagonia vive.

Érase una vez un sueño

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  A Ini Érase una vez un sueño   Existo. Soy el monstruo de las cosquillas. Nací en el corazón de cierto niño muy amado. ¿Dónde vivo? En todas partes. Especialmente en el monte, entre tipas, jacarandás, ceibos de rojos explosivos, palos borrachos panzones, muchos más, algunos centenarios. Gozo entre ellos. Abrazo sin abrazar sus troncos ásperos. En medio de ellos tengo mi refugio de adobe y paja, ventanita minúscula, puerta abierta, único recinto. El hogar ahúma paredes, sólo lo enciendo en raras noches de frío; consumo las leñas que recojo cantando en los alrededores, allí donde caen vencidas. Río la risa de los vientos alegres, los que mecen a los niños, a mi niño del decir confuso, la carcajada clara. Soy un monstruo especial que mucho tiene de secretos inventados. Soy como mi niño quiere que sea. Ellos, mis niños, mi niño, me convocan. Anuncian mi llegada, la sonrisa anticipada, levemente contenidos por las manos de sus madres. Urgidos, juegan a la ronda con duend
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  Inicio de lo esperado. De la noche atraída por la mañana. De peldaños trepados que acercan al infinito. De navegar oscuras aguas, abismos. De la ronda gozosa, pan y canela. Inicios. Estrenadas huellas, remozados bríos. Inaugurados sones, afectos. Inicios. Tantos, como humanos fines, como andares. Tantos. como afanosos principiemos. Tantos, como amemos reedificar, momento a momento. Inicios.

Taberna

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Significado singular. Repicaba en su corazón joven.      A sus diecisiete años cruzó la inmensidad que dividía horizontes. Escapaba de la jaula en que se convirtiera su hogar; su propio padre.      Dolían, dolerían siempre en él, cada lágrima de su madre.      La taberna, hoy desaparecida, testigo de su rebelión.      La taberna, agridulce olor de viñas maduras, cultivadas en campos adquiridos por su padre, dueño de bienes y caprichos.      Niño dócil, se supo estafado. Ahora, joven resuelto, lo sublevaba el paternalismo egocéntrico que arrastraba a toda la familia a cambio de nada.      Un día más. Festejos en la ciudad cabecera de la región.      Condujo al toro campeón hacia la feria anual de productos regionales.      Premios, dádivas, finalizaron en manos paternas. No hubo reconocimientos para su esfuerzo.      Sol adormecido entre nubes tormentosas.      La taberna desbordada. Gritos, bromas, carcajadas. Hombres festivos; reían el vino. Su padre junto a ellos.      Lo enfrentaría
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    Odio. Palabreja que más daña a quien lo padece, que hiere a quien lo recibe. Liberarse de él, proyectar el alma hacia confines plenos. serena, rutilante. Paz. Habita en la Esencia del Universo. Desciende sobre quien la invoque. Al que dispuesto esté a acogerla, conservarla. Más allá de la íntima torpeza.